sábado, 22 de marzo de 2008

Introducción: la calidad educativa, un tema candente

Bienvenidos.

Definir la calidad educativa es como atrapar un pez con las manos, una vez que piensas que ya lo tienes. De pronto, salta da una cabriola y regresa al agua. El concepto es evasivo y resbaladizo.

El interés sobre la calidad educativa ha crecido. El tema está en boca de los políticos, autoridades educativas, periodistas, profesores, educadoras, familias y distintos sectores de la sociedad. Este tema genera un intenso debate debido a que el concepto de calidad educativa es inherentemente un concepto polisémico y ambiguo; “calidad educativa” significa cosas distintas según los diferentes observadores y grupos de interés, depende del contexto y el momento histórico.

En América Latina hemos pasado de la preocupación de la cobertura y extensión del sistema educativo a la preocupación por la calidad debido: a) la insistente afirmación de que el sistema educativo no logra transmitir los conocimientos y destrezas que son necesarios para el mundo actual; b) en el hecho de que hay una falta de pertinencia y de actualización en los contenidos; c) en las cifras que muestran que los estudiantes logran escasos conocimientos en áreas tales como matemáticas, ciencias o lenguaje. (Bello, 1999).

Según Alejandro Tiana:, la polisemia, la indefinición y la ambigüedad son rasgos que caracterizan el término calidad cuando se aplica en la educación. Dichas características son la causa de la paradoja que existe sobre el acuerdo en general y el desacuerdo en el detalle que se aprecia cuando se aborda el tema.

Para este autor, existen dos condiciones para utilizar el concepto en el ámbito educativo:

La primera consiste en aceptar la complejidad del término; es necesario renunciar a las simplificaciones excesivas y acríticas. Múltiples perspectivas, actores y grupos de interés se entrelazan e influyen en la construcción del concepto.

La segunda condición consiste en reconocer la multidimensionalidad del concepto. Ello implica entenderlo como un constructo complejo que interconecta diferentes dimensiones.

Si partimos de las premisas anteriores para crear un concepto de calidad educativa pertinente es necesario:
  • Asegurar su carácter integral.
  • Apertura a la dimensión cualitativa.
  • Reconocer que es un concepto que requiere de negociación.


Recursos asociados:

Bello, María Eugenia (1999): La Calidad de la Educación en el Discurso Educativo Internacional. Acción Pedagógica, Vol, 8, No. 2 / 1999. Disponible en: http://www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/accionpedagogica/vol8num2/art3_v8n2.pdf

Tiana Ferrer, Alejandro: La evaluación de la calidad de la educación: conceptos, modelos e instrumentos. Disponible en: http://mt.educarchile.cl/mt/jjbrunner/archives/ponencia-tiana.pdf

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