lunes, 16 de junio de 2008

La universidad del futuro... en 1993

Al iniciar el siglo XXI se da por sentado que el conocimiento y la tecnología juegan un papel importante para el desarrollo social y económico de las naciones. El término de las sociedades del conocimiento y la información es cada día más común en el discurso político. Sin embargo, en la década de 1990 esta transición no parecía tan clara.

En 1993 se publica el libro La Universidad del Futuro. Relaciones entre la educación superior, la ciencia y la tecnología de Axel Didriksson. El autor desarrolla en su texto un análisis sobre los cambios que experimentaron las instituciones de educación superior en algunos países desde la década de 1960 a 1980 con el propósito de establecer algunas líneas prospectivas para el sistema de educación superior en México. Para este análisis el autor hace una revisión del este nivel educativo en cuatro países: Estados Unidos, Japón, Suecia y México.

Según Didriksson los organismos internacionales como la CEPAL, la UNESCO, el Banco Mundial, la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) establecían que la educación y el conocimiento eran los ejes de sus propuestas para enfrentar la crisis económica y social. Estos dos procesos eran los elementos claves para crear alternativas para alcanzar un nuevo desarrollo económico y social.

Desde esta perspectiva, la educación superior debería jugar un papel importante para el incremento de las capacidades de investigación científica y tecnológica, en la formación del personal técnico y profesional, la construcción de una infraestructura académica que resolviera las necesidades empresariales de transferencia de conocimientos en ciencia y tecnología.

En 1993 se pensaba que después de una década de crisis económica y social en México habíamos tocado fondo. Pero, en realidad pasamos de un periodo de expansión, lo que se llamó “el milagro mexicano”, en donde las tasas de crecimiento del PIB per cápita se incrementaba más del 15% en cada periodo de gobierno federal, a una profunda crisis financiera que cambió de manera drástica el modelo de inversión en educación en el país y cuyos efectos persisten en la actualidad. 1993 también fue el año del lanzamiento del Mosaic, el primer navegador que permitiría la explosión de internet, y el año previo a la crisis financiera de 1994 y a la firma del TLCAN,

¿Qué pasó en la educación superior en México?

Una de las características de nuestro país es la facilidad con que adoptamos la innovaciones y las nuevas propuestas, en el escritorio. Especialmente aquellas que cuentan con el beneplácito de los gobiernos federales y estatales en turno. Podemos apreciar que desde la década de 1960, todavía acompañados del "milagro mexicano", se han puesto en marcha en México todo tipo de políticas en educación superior: de planeación, de descentralización, de coordinación, de expansión, de creación de nuevas instituciones, de mejoramiento cuantitativo, de mejoramiento cualitativo, de desarrollo científico o de diversificación, de evaluación y certificación, entre muchas otras. Sin embargo, a pesar de estos intentos el sistema de educación superior, en realidad, no ha mostrado un avance significativo.

En la década de 1980 la situación fue extremadamente difícil. Entre 1982 y 1987 existió una inflación de 84% anual, una reducción de la inversión privada de -35%, caída de los salarios de 40%. En 1982 el gobierno federal suspendió el pago de los intereses de la deuda externa con la banca internacional. El presupuesto para el sistema educativo fue reducido 66% de 1982 a 1987. El costo del alumno cayó 24% y se redujo el ingreso del personal académico en un 60%.

Del gasto público total, la educación superior pasó de 1982 a 1989 de 1.67% a 0.84%. Con respecto al producto interno bruto, la educación superior pasó de 0.67% a 0.41%. La participación más alta ocurrió en las IES relacionadas con la tecnología industrial y la más baja en la educación superior normal, es decir, es sistema de formación de docentes para el sistema de educación básica.

% gasto público, millones de pesos
1980
1985
1989
Gasto total
8.18
6.62
5,61
Educación superior
1.76
1.13
0.84
Normal
0.18
0.09
0.07
Tecnológica
0.41
0.31
0.23
Universitaria
0.96
0.68
0.51
Tabla 1. gasto público entre 1980 y 1989 en educación superior
Fuente: Didriksson, 1993


Como parte de la estrategia del gobierno federal, o como recurso retórico, la prioridad consistía en la calidad más que en la expansión y atención a la demanda. Para tratar de solucionar las condiciones de falta de inversión se crearon los fondos y partidas extraordinarias de financiamiento. Esta estrategia sería la semilla para impulsar los procesos de evaluación y autoevaluación de las IES en la década de 1990.

¿Qué características tenía el investigador mexicano a finales del siglo XX?

El científico o el investigador mexicano conoce las fronteras del conocimiento, está enterado de lo que pasa en su campo científico o técnico y participa con cierta regularidad en eventos nacionales o internacionales. Pocos tienen la oportunidad de escribir en alguna revista internacional de prestigio en su campo; pero la mayoría tiene acceso a alguna nacional relacionada. El investigador mexicano cuenta con un equipo adecuado a las necesidades de su actividad “difusora”, comparte sus “avances” con sus pares y puede contar con recursos extraordinarios para realizar investigación. Eventualmente puede comprar equipo sofisticado y tiene la posibilidad de dar a conocer sus avances o iniciar una relación de cooperación con alguna empresa. Con todo, el investigador mexicano no “produce” nuevo conocimiento universal, no participa de forma directa en el desarrollo de tecnologías competitivas, no inventa y adapta innovaciones, salvo en contadas excepciones.

¿Cómo cambiar esta situación?

Según Didriksson para cambiar la situación de la educación superior en México era necesario considerar los siguientes aspectos:
  • Priorizar los niveles de educación media y técnica, media superior y superior.
  • Cambio en el proceso curricular.
  • Protección del desarrollo tecnológico endógeno.
  • Desarrollo de mecanismos significativos de transferencia de conocimientos y aprendizaje hacia lo propia sociedad.
  • Desarrollo de una masa crítica en las fronteras de la ciencia y la tecnología.
  • Fluidez de recursos financieros.

¿En dónde se encuentran los países estudiados en 1993?

Si tomamos como referencia el Índice de Desarrollo Humano elaborado por la ONU tenemos la siguiente tabla:

País
Lugar en 2005
IDH
Suecia
6
0.956
Japón
8
0.953
Estados Unidos
12
0.951
México
52
0.829
Tabla 2. Índice de Desarrollo Humano, datos de 2005, publicados en 2007.
Fuente. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.


Según estos datos podemos apreciar que la universidad del futuro que se proyectaba en 1993 no se ha concretado, transcurridos 15 años. Además, muchas de las limitaciones del sistema de educación superior continúan vigentes, tales como la falta de financiamiento a las IES en general y a la investigación en particular, y que las condiciones de los investigadores mexicanos no se han modificado sustancialmente.


Recursos asociados:

Banco Mundial (2003): Construir Sociedades del Conocimiento: Nuevos desafíos para la educación terciaria. EU:World Bank.
Disponible en:
http://www1.worldbank.org/education/tertiary/documents/CKS-spanish.pdf

Didriksson, A. (1993): La Universidad del Futuro. Relaciones entre la educación superior, la ciencia y la tecnología. México: CESU / Plaza Valdés.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2007). Human Development Report 2007/2008. NY: Palgrave Macmillan
Disponible en:
http://hdr.undp.org/en/media/hdr_20072008_en_complete.pdf




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